miércoles, 20 de marzo de 2013

A los Jucar actuales y a todos los de estos 25 años, de Esther y José Luis



Nos piden que recordemos nuestra experiencia en Jucar y lo primero que sale es…, cariño y gratitud. Siempre decimos que vemos a Jucar como nuestro tercer hijo (además de María y Pablo) y es que nació un poco antes que ellos, pero en la misma etapa de nuestra vida. De eso hace ya 25 años, nosotros teníamos casi otros tantos y estábamos en esa etapa vital de crear un proyecto de vida común.

El grupo de jóvenes de Begoña éramos unos antiguos alumnos de colegio y habíamos sido acompañados por carmelitas de la talla del P. Antonio Cano, P. Antonio Cepas, o el P. Luis Ruano. Todos ellos nos iniciaron en la pertenencia a esta familia,  fieles al espíritu del Carmelita que ora y trabaja en medio del pueblo, en su caso con los jóvenes del barrio de Begoña. Después de mucho recorrido, no muy distinto del que pueda hoy vivir un joven Jucar (grupos de reflexión, convivencias y pascuas, oraciones, trabajo social, compromiso pastoral), llegaron P. Paco Daza y P. Pablo Herrasti. Junto a ellos iniciamos la aventura de organizar un movimiento juvenil Carmelita. Muchos de ese grupo de jóvenes nos convertimos en monitores Jucar. Hoy el proyecto de Comunidad de Jóvenes Carmelitas no existe como tal, pero Jucar fue para nosotros un compromiso y un reto. Pablo y Paco nos propusieron construir un temario. Aún recordamos esas mañanas de sábado después de una semana en la universidad, discutiendo qué símbolo dar cada año o que temas de formación coger basándonos en los que utilizaban otras familias religiosas como los salesianos o los maristas. Así llegaron las propuestas de entrega de la pegatina o la imposición de la pañoleta.

Una experiencia que nos marcó fue el tercer viaje de Juan Pablo II a España en la IV Jornada Mundial de la Juventud en Santiago de Compostela en 1989. Nosotros dos nos apuntamos como voluntarios de animación y servicio (VAS), en una experiencia única que marcó nuestra vida. Allí, durante un mes, conocimos a jóvenes de muchos movimientos juveniles: franciscanos, agustinos, cristianos sin fronteras, etc. Siempre éramos convocados como “grupos menores de parroquia”, sin identidad concreta. Eso nos dolió porque nosotros sí que teníamos esa identidad, la identidad que hoy ningún Jucar se atrevería a cuestionar, pero que entonces no estaba tan explicitada. Estábamos iniciando un proyecto pastoral que otros llevaban ya tiempo construyendo. Esta experiencia  fue el signo que Dios nos dio para afianzar la convicción de que los jóvenes de Begoña y de la Bética debían vivir su fe en la espiritualidad del Carmelo y comprometernos en el trabajo de construir Jucar.

Pablo y Paco incluyeron al grupo de monitores de Begoña desde el principio en el itinerario formativo. Jucar ha sido siempre una empresa compartida entre jóvenes y sacerdotes, entre laicos y consagrados. Eso es un gran valor, es una misión compartida, como familia y como Iglesia. Cuando se formó la Comisión Jucar de Región Ibérica José Luis fue el primer secretario durante algunos años, representando a los Jucar de la Bética. Pero esto es el inicio de otro camino, un camino que nos abrió hacia una familia más grande que la de nuestra propia provincia, un paso más hacia la fraternidad del Carmelo. 


En  nuestro grupo Jucar, los monitores éramos Pepa (una religiosa de las Hijas del Calvario, que después vivió muchos años en Brasil como misionera) y nosotros dos. El grupo comenzó en 6º de primaria y entonces se  llamaba “Jóvenes Amigos”. Después de dos cursos, comenzó a ser Jucar. Tratábamos de transmitir, como hoy os ocurrirá a todos los que sois monitores,  lo que habíamos vivido de bueno en el descubrimiento de nuestros valores y de nuestra fe para que lo pudieran vivir otros más pequeños. Tratábamos de dar gratis lo que habíamos recibido gratis. Partíamos de un acompañamiento en todas las facetas de la vida, que se concretaba en las convivencias que siempre han representado un momento de profundización, discernimiento y vivencia profunda del grupo de fe. Vivíamos como muy importante la oración, uno de los tres “pilares” en los que nos apoyamos los carmelitas, en la celebración de la eucaristía juvenil y nos orientábamos hacia el compromiso en las campañas, en la acción social, en el acercamiento a los empobrecidos. También empezábamos a dar el testigo y tras unos años  eran “nuestros niños” los que empezaban a llevar grupos. En el 93 ellos también participaron como voluntarios en un encuentro con Juan Pablo II en Madrid.


En el verano de 1990 realizamos un viaje como voluntarios a Venezuela donde convivimos con distintas comunidades carmelitas de la Bética y en San Carlos de Zulia conocimos el movimiento Jucar de Venezuela. Aquello supuso para nosotros un aliento de ánimo. No éramos los primeros y no estábamos solos.

En medio de eso vino la preparación al sacramento de la Confirmación, que ya formaba parte del itinerario formativo del proyecto Jucar. Costó, pero conseguimos que nuestros jóvenes Jucar pudieran prepararse desde nuestro grupo. Fueron momentos para aprender contenidos, pero sobre todo para discernir si quieres pertenecer a la Iglesia de Jesucristo. Momentos de crecimiento para ellos y para nosotros.
Los chicos y chicas de Jucar iban creciendo y nosotros ya éramos una familia con hijos y seguíamos haciendo convivencias, ahora en nuestra casa, oraciones, compromiso pastoral y compromiso social. Siguieron unos años y al final el grupo como tal, terminó. Gracias a Carlos, Miriam, Natalia, Amelia, Leticia, Francisco, Marta, Lorena, Iván, Patricia, Mª Mar, Raúl, Nestor, David Emilio, Oscar Javier, Ramón, Alfonso, José Ignacio, Víctor, Ricardo, Yuri, Pelos…, vivimos con vosotros un tiempo muy feliz y siempre os tendremos en un espacio muy importante de nuestro corazón.  Ellos, los que para nosotros eran el futuro de Jucar, son vuestro pasado, de los Jucar actuales. Hoy son padres de familia, trabajadores con experiencia en diversas labores. A muchos les hemos perdido la pista, pero cuando vemos a alguno, todos recuerdan con cariño aquellos años y su pertenencia a Jucar. Nuestra labor como monitores fue sembrar, la cosecha no es cosa nuestra.



Nuestro proyecto de vida derivó hacia la ONG Carmelita Karit de la que Esther es secretaria técnica y José Luis voluntario. Ese es nuestro sitio hoy dentro de la familia carmelita. Nos sentimos orgullosos de pertenecer a Karit porque el Carmelo sigue siendo nuestra familia y porque el acercamiento a los empobrecidos es nuestro proyecto de vida. Somos el ejemplo vivo de que Jucar y Karit son dos patas del mismo banco. Dos formas de vivir la fe, probablemente en diferentes etapas de la vida.  Ambas, no es que se complementen, es que se identifican. Si queréis ver la prueba mirad en la página web de Karit (www.karitsolidarios.org) el blog que Alicia Bermejo, monitora actual de Jucar Begoña,  comparte con su proyecto de prácticas de psicología en Colombia con Karit.

Las generaciones van pasando, hoy en día sois vosotros herederos de todo lo que,  quienes estuvimos antes, soñamos construir. Cuidadlo, merece la pena. Nos sentimos  orgullosos cuando oímos hablar de cualquier actividad de Jucar (Camino de Santiago, Pascuas,  etc.). Vosotros tenéis ahora Jucar en vuestras manos. Sois responsables de ello. En el mundo de crisis actual, la principal crisis es de valores y de valores los Jucar saben mucho. En el mundo actual la Iglesia necesita de vosotros. En el Carmelo actual vosotros sois el futuro de la familia y en una  familia, a los hijos siempre se los quiere más que a nada.
Un abrazo fraterno a todos los que hoy sois Jucar y a todos los que lo habéis sido. Esto de ser Jucar ¿no caduca, verdad? Nosotros seguimos siéndolo de corazón.

Esther Martín  y José Luis Gutiérrez 

6 comentarios:

  1. Gracias... La Familia Carmelita debe estar orgullosa de vosotros... yo si lo estoy.

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  2. .....con que alegría se lee vuestro comentario......fuiste modelo cuando yo tendría 15años y os veía abriendo brecha para dar forma a esto de Jucar en aquellas largas reuniones....y sois modelo al ver como ha evolucionado vuestro proyecto de vida....siempre tuvisteis las puertas abiertas y doy fe pq disfrute de muchas "momentos" con vosotros.....gracias porque estuvisteis....gracias porque seguís ahí......un fuerte abrazo!!!!

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  3. ¡Qué recuerdos! Os habéis equivocado en una cosa, nuestro grupo JUCAR nunca dejó de existir, dejamos de reunirnos periódicamente pero, sin duda alguna, supuso la base que formó los adultos en los que nos hemos convertido aquellos a los que un día cogisteis con Pepa en "Jóvenes Amigos" y que soltasteis al mundo muchos años después, confirmados en la Iglesia de Jesucristo, con el espíritu del Carmelo y con una formación y ejemplos vivos de como debe afrontar la vida y el mundo un "jucariano". Yo soy yo como soy porque vosotros estuvisteis ahí. Os lo he dicho muchas veces, pero ahí va una vez más: "¡Gracias!".

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  4. por cierto,José y Esther....os echamos de menos el día de la oración q se organizó en Begoña..........a ti también Carlos Nogueira .........Jeje .....(no van a ser todo palmaditas en la espalda....)

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  6. Ya me habría gustado haber podido ir, pero tengo bastantes más ocupaciones que cuando me podía apuntar sin dudar a todo lo que se organizara y tuviera que ver con JUCAR: oraciones, Pascuas. Eucaristías, verbenas, encuentros de monitores, formación,...

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