Cristo HA RESUCITADO

¡Se Feliz Porque Cristo HA RESUCITADO!

¡Feliz Pascua de Resurrección!

               

 Sepulcro vacío,
vendas por el suelo,
ya no hay ataduras,
ya no hay temores,
ya no hay tristezas,
Todo se inunda
de la alegría de Cristo.

Ojos llenos de fuego,
para encender,
¡pasiones de amor!
Palabras que son semillas,
de vida nueva.

Palabras poderosas,
para resucitar muertos.
Palabras con sabor,
a Vida eterna.

 

De nuevo unid@s en oración con motivo de la celebración de los 25 años de Jucar en nuestra Provincia Bética Carmelita. Y sintiéndonos FAMILIA es una alegría miradnos y decir… FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!! SONRÍE HERMAN@ PORQUE CRISTO HA RESUCITADO!! SALTA, SIENTE, BRINCA, DEJA QUE TU LUZ, SU LUZ NOS DESLUMBRE A TODOS!

Como carmelita, como Jucar, como cristiano, siente esa alegría, la alegría de la resurrección, la alegría de que ya no hay ataduras… ya no hay temores... ya no hay tristezas... porque... CRISTO HA RESUCITADO! Aprovecha esta ambientación, esta energía que has recibido y que has recordado al leer estas palabras repetidas en cada Vigilia de Resurrección, para leer y reflexionar sobre estas palabras bíblicas que nos acompañan...

  

La Resurrección.

Pasado el sábado, al despuntar el alba del primer día de la semana, fue María Magdalena con la otra María a examinar el sepulcro. De repente sobrevino un fuerte temblor: Un ángel del Señor bajó del cielo, llegó e hizo rodar la piedra y se sentó encima. Su aspecto era de relámpago y su vestido blanco como la nieve. Los de la guardia se echaron a temblar de miedo y quedaron como muertos. El ángel dijo a las mujeres: Vosotras no temáis. Sé que buscáis a Jesús, el crucificado. No está aquí; ha resucitado como había dicho. Acercaos a ver el lugar donde yacía. Después id corriendo a anunciar a los discípulos que ha resucitado y que irá por delante a Galilea; allí lo veréis. Éste es mi mensaje. Se alejaron aprisa del sepulcro, llenas de miedo y gozo, y corrieron a dar la noticia a los discípulos. Jesús les salió al encuentro y les dijo: ¡Salve! Ellas se acercaron, se abrazaron a sus pies y se postraron ante él. Jesús les dijo: No temáis; id a avisar a mis hermanos que vayan a Galilea, donde me verán.

Mateo 28, 1-10

 
Meditación:

Tras esta lectura, vuelve a leer, reflexiona y resalta con que frases te quedarías...

Qué es lo que más te ha llamado la atención...

Qué es lo que te quiere decir este texto....

No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado...

Id, dad las nuevas a mis hermanos....

Precioso mensaje... no temáis. Se nos da un claro mensaje de que hay que seguir adelante, de que no podemos temer a nada, ha resucitado… ¡qué mayor alegría que sentirlo vivo!

Con este regalo debemos ser mensajeros, transmitir la buena noticia, plantar las semillas para que el espíritu renovado, para que la alegría, para que el ser cristiano, ser carmelita… construya el gran árbol de la FAMILIA de la que estamos orgullosos de pertenecer. No dejemos que las semillas, que las cualidades que nos caracterizan como cristianos, como carmelitas se pierdan. Vivamos  con  humildad, sencillez, alegría... y seamos guía para los demás porque para nosotros La Vida Es Cristo

 

Nunca dejemos de cultivar el gran árbol de nuestra familia carmelita... cada rama, cada fruto... son importantes... Feliz 25 Aniversario!

http://www.youtube.com/watch?v=K5PoEObhv_Y

 

 

ORACIÓN DE ACCIÓN DE GRACIAS

25 AÑOS JUCAR EN LA PROV. BÉTICA

¡Oh, Señor, todo lo que tú haces está bien!

Te damos las gracias por el camino que hemos recorrido juntos, durante estos 25 años vividos.

Saliste a nuestro encuentro y tu presencia nos impulsó a caminar en esperanza.

Has sido para nosotros, a la vez, el camino y el compañero de camino: ¡cuántos rostros, sueños, sonrisas, miradas, gestos, momentos de oración  y compromisos te han hecho presente en nuestra vida y nos han hablado de Ti!

Tú has sido el principio y el fin de cada jornada, de cada encuentro, de cada curso y celebración.

Tú, la razón de nuestra vida y el motor de nuestra historia, continúas abriéndonos horizontes nuevos de entusiasmo y generosidad.

Gracias por habernos llamado al Carmelo y habernos hecho parte de esta gran familia.

Queremos vivir nuestra fe en comunión con la Iglesia y al servicio del Reino de Dios.

Tu Madre, la Virgen del Carmen, nos ha acompañado en todo momento y ha velado por cada uno de nosotros. Como ella, deseamos hacer siempre tu voluntad y, así, comunicarte al mundo para que, los que no te conocen, te conozcan, los que se hayan alejado de ti se acerquen con alegría y los que viven sin esperanza encuentren en tu Evangelio la razón y el fundamento de sus vidas.

¡Gracias, Señor,…!