viernes, 15 de marzo de 2013

“Mujer, ahí tienes a tu hijo” “Ahí tienes a tu madre”



Un don inmenso:
“Mujer, ahí tienes a tu hijo” “Ahí tienes a tu madre”

AMBIENTACIÓN:
De nuevo unid@s en oración con motivo de la celebración de los 25 años de JuCar en nuestra provincia Bética Carmelita.
Es una alegría sentirnos FAMILIA, herman@s, porque todos nosotros hemos encontrado en el Carmelo nuestro camino para seguir a Jesucristo, para vivir el Evangelio en medio del mundo, en servicio y comunión con nuestra Madre la Iglesia, que en estos días vive unas jornadas intensas de oración y acción de gracias por nuestro nuevo Santo Padre Francisco.
Cercana ya la Pascua, que muchos de nosotros viviremos juntos, queremos acercarnos al monte del Calvario y permanecer al pie de la Cruz con nuestra Madre la Virgen María … Comencemos nuestra oración haciendo silencio de nuestro corazón e invocando al Espíritu Santo.


“Ven Espíritu Santo, brisa suave, ven a mí y enséñame a orar. Silencia mi corazón de tantas preocupaciones y ruidos que me agitan y abre mi corazón a tu voz, para que pueda escuchar tu susurro en mi alma y acoger tu Palabra como nuestra Madre, con un ¡Hágase! humilde y confiado de entrega total. Quiero meditar y acoger tus Palabras de Vida en mi propia vida. Espíritu Santo que me habitas, tú me descubres que soy hij@ amad@ del Padre. Él que me ha creado y me conoce hasta el fondo,  me ama sin medida y espera mucho de mí. Enséñame a vivir como hij@, enséñame a descubrir su amor manifestado en Jesús”

TEXTO BÍBLICO

Evangelio según San Juan 19, 25-27
Estaban en pie junto a la cruz de Jesús su madre, María de Cleofás, hermana de su madre, y María Magdalena. Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo preferido, dijo a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo». Luego dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre». Y desde aquel momento el discípulo se la llevó con él.
Palabra de Dios 
MEDITACIÓN:
Vuelve a leer el texto bíblico despacio, y medítalo en silencio, Dios te habla hoy a ti.
¿Cómo agradecerte Señor tanto amor?  Al don de nuestra Salvación añades el don de María, tu Madre, mi Madre. El Escapulario, “vestido” y signo de esta realidad, de este AMOR:

-SIGNO DE TU AMOR, MADRE: “estaba al pie de la cruz” también hoy Madre estás conmigo en todos los momentos de mi vida, en las alegrías y en los momentos más oscuros donde vivo el sufrimiento, la soledad, la duda, la debilidad, ... Tu silenciosa presencia al pie de mi cruz, me da fuerza y aliento para seguir caminando con fe y esperanza en Dios que jamás me abandona.

-SIGNO TAMBIÉN DE MI AMOR A TI, de mi deseo de dejarme iluminar por tu vida, de mi deseo de amar a tu Hijo como tú, Madre, y hacer conocer a mis hermanos su Amor, que nos salva, nos perdona y nos colma de plenitud y de alegría verdadera.
 “Enséñame Madre a estar junto a Él con amor fiel, sin condiciones,... Ayúdame a olvidarme de mí y abrir los ojos para ver y amar a los demás con los ojos y el corazón de tu Hijo Jesús. Tu esperanza inquebrantable en el amor de Dios, me invita  a no pasar de largo ante el sufrimiento de quienes me rodean. Enséñame Madre a permanecer, a amar, creer y esperar, cuando todo parece perdido, sabiendo que por este camino no quedaré defraudado y seré sorprendido por la mañana de la Resurrección.”

Cierra los ojos y en silencio escucha el canto: Diario de María
 
ORACIÓN DE ACCIÓN DE GRACIAS
25 AÑOS JUCAR EN LA PROV. BÉTICA

¡Oh, Señor, todo lo que tú haces está bien!
Te damos las gracias por el camino que hemos recorrido juntos, durante estos 25 años vividos.
Saliste a nuestro encuentro y tu presencia nos impulsó a caminar en esperanza.
Has sido para nosotros, a la vez, el camino y el compañero de camino: ¡cuántos rostros, sueños, sonrisas, miradas, gestos, momentos de oración  y compromisos te han hecho presente en nuestra vida y nos han hablado de Ti!
Tú has sido el principio y el fin de cada jornada, de cada encuentro, de cada curso y celebración.
Tú, la razón de nuestra vida y el motor de nuestra historia, continúas abriéndonos horizontes nuevos de entusiasmo y generosidad.
Gracias por habernos llamado al Carmelo y habernos hecho parte de esta gran familia.
Queremos vivir nuestra fe en comunión con la Iglesia y al servicio del Reino de Dios.
Tu Madre, la Virgen del Carmen, nos ha acompañado en todo momento y ha velado por cada uno de nosotros. Como ella, deseamos hacer siempre tu voluntad y, así, comunicarte al mundo para que, los que no te conocen, te conozcan, los que se hayan alejado de ti se acerquen con alegría y los que viven sin esperanza encuentren en tu Evangelio la razón y el fundamento de sus vidas.
¡Gracias, Señor,…!




2 comentarios:

  1. "Enséñame Madre a permanecer, amar, creer y esperar cuando todo parece perdido..."
    Gracias

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  2. Desde la Fraternidad SAREPTA deseamos a toda la familia del Carmelo una feliz Pascua y encuentro con el Señor. Con María unimos nuestras voces al cantar, "hágase Señor tu voluntad en mí".

    Un abrazo

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