martes, 10 de septiembre de 2013

MI EXPERIENCIA EN JUCAR REGIÓN IBÉRICA



Después del campamento de Alarcón 2.013 me pidieron que os contara mi experiencia de Jucar Región Ibérica (RI), yo respondí que cada vez que nos encontramos, sea para programar o para realizar alguna de las actividades programadas, yo experimento que JuCar RI es un pequeño gran milagro.
¿De dónde sale la disponibilidad de los monitores que entre muchísimas oportunidades de emplear su tiempo eligen hacerlo en JuCar?
¿De dónde viene ese deseo de los chicos de encontrarse, participar, buscar y muchos de ellos decidir ser monitores?
Es Dios quien nos llama a dar gratis lo que gratis hemos recibido.
Yo, de joven, en mi parroquia de Águilas (Murcia) recibí este regalo de Dios de formar parte de un grupo juvenil promovido por dos sacerdotes diocesanos que se sintieron llamados por Dios a formarlo.
Cuando profesé yo también sentía la llamada de Dios a comunicar a los jóvenes lo que yo había experimentado, para que ellos pudieran sentir la felicidad de seguir a Jesús.
En 1.997, después de regresar de Ruanda, en mi Congregación me nombraron responsable de la Pastoral Juvenil Vocacional (PJV) y por ello comencé a participar en las reuniones de la Comisión Mixta de Pastoral Juvenil Vocacional de Región Ibérica de la que formamos parte un hermano o hermana de las distintas provincias de los padres carmelitas, Hermanas Carmelitas del Sagrado Corazón y Hermanas de la Virgen María del monte Carmelo.
La Comisión Mixta me envió a la Subcomisión JuCar. Este trabajo lo hacía antes Paco Daza, que acababa de marcharse a África.
Cuando nos reunimos en la Subcomisión, estuvimos exponiendo cada provincia y Congregación las actividades que realizábamos con jóvenes: todos organizábamos campamentos y colonias hasta 2º de ESO, pero coincidimos en que a partir de 3º de ESO ningún grupo tenía número suficiente de chicos para llevarlo a cabo, sentíamos la necesidad de ofrecer algo que valiera la pena a estos chicos que habían estado en JuCar varios años y deseaban continuar, así que decidimos unirnos y organizar conjuntamente un campamento para chicos y chicas de 15 años en adelante.
Cuando informé de esta decisión a los miembros de la Comisión Mixta de PJV me dijeron que habíamos organizado una actividad con los chicos más difíciles, por la edad, yo les dije que respondía a algo que todos realmente necesitábamos.
En todo este tiempo, en la Subcomisión JuCar hemos ido buscando lo que nuestros grupos necesitan. Cuando nos reuníamos, además de preparar campamentos, organizábamos el encuentro de monitores de septiembre - octubre. Poco a poco las actividades que realizaba una sola provincia se fueron abriendo al resto de grupos JuCar, de modo que hoy todos participamos también en pascuas juveniles y campo de trabajo.
El primer campamento de JuCar RI fue el de de Gavilanes, en la sierra de Gredos. Hna. Inmaculada López y yo cocinábamos, Marcos de Málaga hacía de enfermero, El jefe de campamento era Eloy, un hermano de la provincia de Castilla que tenía la titulación y conocía bien la zona. Nos costó acoplarnos y convivir juntos, pues cada grupo tenía una concepción de campamento diferente, necesitamos dialogar varias veces, pero fue una experiencia positiva.
Después vinieron otros campamentos: Moncayo, Mosqueruelas… Algún año dejamos de hacerlo por no haber personas con la titulación necesaria… La primera vez que hicimos el camino de Santiago creo que fue en 2.006, propuesto por Málaga cuando Marcos Tello participaba en la Subcomisión. Dijo que tenía un grupo numeroso de chicos que él pensaba sería bueno tuvieran la experiencia del Camino. Todos estuvimos de acuerdo en que sería una buena experiencia para nuestros grupos y decidimos realizarlo.
Otro año el hermano Manolo Graciá nos habló de su experiencia en Pirineos con Scouts y vimos que a los chicos de esta edad había que ofrecerles experiencias que supusieran esfuerzo, así que lo organizamos.
Después de varios años de experiencia vimos que era factible realizar en los tres años de 15 a 18 el ciclo de “campamento cómodo”, Pirineos y Camino de Santiago…
Han sido muchas las personas que han pasado por la Subcomisión JuCar consolidando con su vida y compromiso el sentirse y ser grupo carmelita. Es impresionante experimentar cómo el carisma se extiende con alegría, empuje e ilusión. Cada uno hemos ido aportando y aportamos nuestro granito de arena, los dones que Dios nos da y el resultado es el milagro de la familia carmelita.
No ha habido excesivas normas ni imposiciones en el funcionamiento de la Subcomisión, sí mucho respeto a cada grupo, su forma de ser, de actuar, sus decisiones; nos hemos escuchado, hemos buscado juntos; también tenemos la conciencia de que somos enviados por el/la responsable de nuestra provincia o congregación, que no estamos ahí a título personal, sino que representamos a nuestro grupo de origen y Dios nos regala esta experiencia que es mucho más que amistad: ser parte de la familia carmelita y continuar comunicando el carisma entre los jóvenes. Somos testigos del amor de Dios y María, nuestra madre y hermana, nos guía y nos protege.
Un fuerte abrazo a todos.
Os quiere                          

 Piedad H. Carm.

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