Después del campamento de Alarcón
2.013 me pidieron que os contara mi experiencia de Jucar Región Ibérica (RI),
yo respondí que cada vez que nos encontramos, sea para programar o para
realizar alguna de las actividades programadas, yo experimento que JuCar RI es un
pequeño gran milagro.
¿De dónde sale la disponibilidad de
los monitores que entre muchísimas oportunidades de emplear su tiempo eligen
hacerlo en JuCar?
¿De dónde viene ese deseo de los
chicos de encontrarse, participar, buscar y muchos de ellos decidir ser
monitores?
Es Dios quien nos llama a dar gratis
lo que gratis hemos recibido.
Yo, de joven, en mi parroquia de Águilas
(Murcia) recibí este regalo de Dios de formar parte de un grupo juvenil promovido
por dos sacerdotes diocesanos que se sintieron llamados por Dios a formarlo.
Cuando profesé yo también sentía la
llamada de Dios a comunicar a los jóvenes lo que yo había experimentado, para
que ellos pudieran sentir la felicidad de seguir a Jesús.
En 1.997, después de regresar de
Ruanda, en mi Congregación me nombraron responsable de la Pastoral Juvenil
Vocacional (PJV) y por ello comencé a participar en las reuniones de la
Comisión Mixta de Pastoral Juvenil Vocacional de Región Ibérica de la que formamos
parte un hermano o hermana de las distintas provincias de los padres
carmelitas, Hermanas Carmelitas del Sagrado Corazón y Hermanas de la Virgen
María del monte Carmelo.
La Comisión Mixta me envió a la
Subcomisión JuCar. Este trabajo lo hacía antes Paco Daza, que acababa de
marcharse a África.
Cuando nos reunimos en la
Subcomisión, estuvimos exponiendo cada provincia y Congregación las actividades
que realizábamos con jóvenes: todos organizábamos campamentos y colonias hasta
2º de ESO, pero coincidimos en que a partir de 3º de ESO ningún grupo tenía
número suficiente de chicos para llevarlo a cabo, sentíamos la necesidad de
ofrecer algo que valiera la pena a estos chicos que habían estado en JuCar
varios años y deseaban continuar, así que decidimos unirnos y organizar
conjuntamente un campamento para chicos y chicas de 15 años en adelante.
Cuando informé de esta decisión a los
miembros de la Comisión Mixta de PJV me dijeron que habíamos organizado una
actividad con los chicos más difíciles, por la edad, yo les dije que respondía
a algo que todos realmente necesitábamos.
En todo este tiempo, en la
Subcomisión JuCar hemos ido buscando lo que nuestros grupos necesitan. Cuando
nos reuníamos, además de preparar campamentos, organizábamos el encuentro de
monitores de septiembre - octubre. Poco a poco las actividades que realizaba
una sola provincia se fueron abriendo al resto de grupos JuCar, de modo que hoy
todos participamos también en pascuas juveniles y campo de trabajo.
El primer campamento de JuCar RI fue
el de de Gavilanes, en la sierra de Gredos. Hna. Inmaculada López y yo
cocinábamos, Marcos de Málaga hacía de enfermero, El jefe de campamento era
Eloy, un hermano de la provincia de Castilla que tenía la titulación y conocía
bien la zona. Nos costó acoplarnos y convivir juntos, pues cada grupo tenía una
concepción de campamento diferente, necesitamos dialogar varias veces, pero fue
una experiencia positiva.
Después vinieron otros campamentos:
Moncayo, Mosqueruelas… Algún año dejamos de hacerlo por no haber personas con
la titulación necesaria… La primera vez que hicimos el camino de Santiago creo
que fue en 2.006, propuesto por Málaga cuando Marcos Tello participaba en la
Subcomisión. Dijo que tenía un grupo numeroso de chicos que él pensaba sería
bueno tuvieran la experiencia del Camino. Todos estuvimos de acuerdo en que
sería una buena experiencia para nuestros grupos y decidimos realizarlo.
Otro año el hermano Manolo Graciá nos
habló de su experiencia en Pirineos con Scouts y vimos que a los chicos de esta
edad había que ofrecerles experiencias que supusieran esfuerzo, así que lo
organizamos.
Después de varios años de experiencia
vimos que era factible realizar en los tres años de 15 a 18 el ciclo de
“campamento cómodo”, Pirineos y Camino de Santiago…
Han sido muchas las personas que han
pasado por la Subcomisión JuCar consolidando con su vida y compromiso el
sentirse y ser grupo carmelita. Es impresionante experimentar cómo el carisma
se extiende con alegría, empuje e ilusión. Cada uno hemos ido aportando y
aportamos nuestro granito de arena, los dones que Dios nos da y el resultado es
el milagro de la familia carmelita.
No ha habido excesivas normas ni
imposiciones en el funcionamiento de la Subcomisión, sí mucho respeto a cada
grupo, su forma de ser, de actuar, sus decisiones; nos hemos escuchado, hemos
buscado juntos; también tenemos la conciencia de que somos enviados por el/la
responsable de nuestra provincia o congregación, que no estamos ahí a título
personal, sino que representamos a nuestro grupo de origen y Dios nos regala
esta experiencia que es mucho más que amistad: ser parte de la familia
carmelita y continuar comunicando el carisma entre los jóvenes. Somos testigos
del amor de Dios y María, nuestra madre y hermana, nos guía y nos protege.
Un fuerte abrazo a todos.
Os quiere
Piedad H. Carm.
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