Gonzalo- Cuando
Salvi nos dijo que hiciéramos un ‘discursito’ sobre nuestra experiencia en
JuCar, lo primero que pensamos fue que era muy difícil resumir tanto en tan
pocas líneas. Porque JuCar no es solo un grupo, una reunión, un campamento o
una Pascua: es un sentimiento, me arriesgaría a decir que es una forma de vida.
Algo que, si no experimentas, nunca vas a llegar a comprender. Vamos a intentar
contaros que ha significado para vosotros. Seguramente, muchos os sintáis
identificados.
Victoria- Yo, de
pequeña, no sabía lo que era JuCar, pero me enteré que allí se hacían las
cartulinas que luego se colgaban por todas las paredes del colegio. Y yo quería
hacer cartulinas. Así entré, y desde entonces, no he podido separarme, ni
pienso hacerlo.
Gonzalo- Al
principio, me encantaba ir cada viernes al cole para volver a ver a tus amigos
y hacer juegos y dinámicas con los monitores. Conforme pasaron los años, poco a
poco vi lo profundo que se escondía tras cada reunión. ¿Por qué mis catequistas
se esforzaban tantísimo por hacer cada viernes un poquito más especial? Y sin
cobrar nada. Así me di cuenta de lo primero que es, ante todo, JuCar: un
sentimiento. Ya tenía claro que yo también quería ser monitor.
Victoria- La primera
oportunidad que se nos presentó fue la Pascua, pero no fuimos. Mi monitora, la
que ahora es mi madrina, me dijo que me arrepentiría si no iba, que me estaba
perdiendo una gran oportunidad. Pensé que estaba exagerando, ahora me doy cuenta
de que no.
Gonzalo- Pasó el
tiempo, y llegó el Camino de Santiago. No nos lo pensamos dos veces. Cuando
llegamos allí, los de Málaga no conocíamos a nadie; en cambio, todos los demás
se abrazaban nada más verse. Descubrimos entonces que JuCar es, en segundo
lugar, una familia. Y allí, en el camino, entramos a formar parte de ella. Nos
llevamos experiencias increíbles y momentos inolvidables. Aprendimos a vivir.
Victoria- Después de
tanto tiempo deseando volver, llegó Pascua. Nos reencontramos con muchas
personas que significaban mucho para nosotros, pero nos esperaban dos
reencuentros más, y más profundos. El primero, con nosotros mismos y con
nuestros sentimientos más íntimos. Recuerdo llorar como un bebé abrazado a mi
hermanito en la adoración a la cruz. Tras tantas lágrimas y tanto cariño, llegó
el segundo reencuentro: con Dios. Entró en nuestros corazones, y desde
entonces, no se ha movido de ahí.
Victoria- Este nuevo
camino en el que JuCar nos había guiado, nos llevó a un paso más: la afirmación
de nuestra fe, la confirmación. Tres años de preparación para lo que en un
principio no suponía mucho más. Pero marco un antes y un después. Empecé a
sentirme realmente consciente de lo que yo formaba parte, y a lo que me
comprometía.
Gonzalo- Llegó el
verano, llegó Alarcón. Una de las experiencias más bonitas de mi vida. Me
marcó, no solo por la diversión, sino por la gente que allí conocí: ojalá se
mantengan para siempre a mi lado. Llené mi corazón con trocitos de todos los
que allí fuimos, y lo llené hasta arriba: creía que ahí se acababa mi andadura
en esta gran familia. Pero, en septiembre, llegó la llamada. Iba a ser monitor.
Nunca he sentido tanta emoción en mi vida. Iba a poder seguir con este
sentimiento que es JuCar por muchos y muchos años más.
Victoria- Los niños
eran unos bichos. Queríamos llegar al nivel de los que fueron nuestros
catequistas, queríamos enseñarles a vivir, que tuvieran la misma experiencia
que tuvimos nosotros. Pero, al final, ellos nos están enseñando mucho más de lo
que nosotros somos capaces de enseñarles a ellos.
Gonzalo- JuCar, para
nosotros, un sentimiento, una gran familia, un auténtico mogollón.
Victoria- Somos
carmelitas, y orgullosos de ello.
Gonzalo Paz
Delgado y Mª Victoria Paz Delgado.
JuCar
Málaga
No hay comentarios:
Publicar un comentario