Recuerdo que estaba en octavo de E.G.B. cuando empecé a conocer a
la familia carmelita. Todo comenzó por querer seguir el contacto con mis amigas
del colegio. Nos apuntamos a Confirmación en la Parroquia de Sta. Teresa
y poco a poco fui conociendo a dos personas muy importantes en mi vida, al
Padre Antonio y al Padre José, “mi Antoñito y mi Pepe”, gracias a los cuales
conocí JUCAR.
No recuerdo exactamente cual fue mi primera Pascua, pero si
recuerdo que me impactó mucho. Estuve un poco de observadora el jueves y el
viernes. Pero ya el sábado…, primero el camino de Emaus y por la noche…, bueno,
¿quién no se ha emocionado en alguna vigilia? Recuerdo mucho Amor, como Jesús
se manifestaba en cada uno de los presentes.
Siguieron más Pascuas en las que conocí a gente encantadora y
llena de alegría, gente que nos animaban a las sevillanas de la Parroquia a seguir a
delante con la identidad JUCAR. Luego estuvimos bastante tiempo reuniéndonos en
el Buen Suceso, primero con el Padre Paco Daza y después con los “niños”, como
nosotras llamábamos a los estudiantes; Jorge, Miguel Angel, Antonio, ….
Son muchos los recuerdos que se vienen a mi mente al recordar esos
años, nuestras tertulias en las reuniones, el recogimiento de las oraciones,
nuestras risas, cantos,…, y siempre presente en todo momento JESÚS y nuestra
madre, MARÍA.
No puedo terminar sin nombrar algo que me marco mucho como
persona. Fue el realizar el Camino de Santiago con JUCAR. A pesar del
cansancio, de las ampollas en los pies, del peso de la mochila….cada día nos
despertábamos con la alegría de realizar una nueva etapa, de disfrutar de esa
espectacular naturaleza, de cada persona que nos brindaba su ayuda como
peregrino, de esa hermandad que entre todos formamos durante esa semana…
Aunque actualmente no puedo tener ese contacto tan directo,
siempre tengo presente a tantas y tantas personas que durante esos años
formaron parte de mi día a día, de mi vida.
Reyes Pineda, Sevilla
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