miércoles, 25 de septiembre de 2013

NUNCA ES TARDE


Hola a todos, me llamo Ángela, tengo 15 años, soy de Madrid y hoy os vengo a hablar de mi bautizo. Pensaréis que no me puedo acordar de él ya que se supone que cuando te bautizan eres un bebé, pero tengo la gran suerte de poder decir que me acuerdo perfectamente de mi bautismo ya que lo he recibido este año. Antes de hablar del día de mi bautizo me gustaría contaros la historia desde el principio. Para empezar en mi familia son casi todos agnósticos, así que mis padres decidieron no bautizarme cuando era un bebé. Creo que en esta historia no debería olvidarme de ciertas personas una de estas es el P. Sema Grandos, no sé si le conoceréis, para quien no le conozca os diré que es una persona excepcional, lleno de humildad y simpatía. Tuve la suerte de que él fuera mi profesor de religión durante 5º y 6º de primaria y la verdad creo que fue aquí donde empezó todo. Sema nos explicaba muy bien todas las parábolas y todas las historias de la Biblia, así como vivencias suyas personales. Creo que aquí, sin yo saberlo, se plantó en mí una semillita de fe. Luego pasé a ESO y mis amigos iban a JuCar desde hacía mucho tiempo. Yo nunca había ido y me hablaban muy bien de todo lo que se hacía, así que en 2º, a mitad de curso, me apunte pensando: a ver qué pasa, y ese a ver qué pasa se ha convertido en algo muy grande: con cada reunión mi fe iba creciendo y así fue como el P. Paco Daza, otra gran persona de mi colegio, nos propuso a unos amigos y a mí la opción de bautizarnos y hacer la comunión.

Pero claro antes de bautizarnos al ser mayores teníamos que prepararnos y dar catequesis así que Mónica, Bea, Quique, Arturo y yo (mis compis de bautizo) hemos estado yendo a catequesis todo este año con nuestro catequista. ¿Qué puedo decir de él? La RAE define catequista como: 1. persona que instruye a los catecúmenos; 2. Persona que instruye la catequesis (ejercicio de instruir en cosas pertenecientes a la religión). Creo que debería llamar a la RAE, este significado no está bien, para nosotros ha sido algo más que eso, no solo nos ha dado los conocimientos de nuestra fe, también ha sido nuestro amigo, nuestro hermanito mayor, nos ha cuidado en cada convivencias o campamentos… por eso creo que la definición de catequista se queda corta para él, sin él nunca hubiéramos llegado a donde estamos.

Y llegó el gran día, 23 de Junio de 2013, nunca olvidaré este día. La noche anterior apenas pude dormir y por la mañana de camino a la iglesia me temblaban las piernas. Al llegar a la parroquia el coro estaba ensayando y os prometo que solo el ensayo de las canciones ya me hacia emocionarme. Paco fue el encargado de oficiar la ceremonia. Las cosas que sentí allí ese día no se pueden describir con palabras, el momento del bautizo fue realmente especial, aunque Paco nos empapó. Y luego la comunión fue ya como la guinda del helado. Después de aquello me sentí nueva, no sé bien como decirlo, ya os digo que es difícil explicarlo con palabras. Luego ese día lo pasé con mi familia celebrándolo. Me siento realmente afortunada y orgullosa de mi familia que a pesar de no ser creyentes respetaron mi elección y me apoyaron, también tengo que agradecerles a mis padrinos todo lo que han hecho por mí ya que llevan toda la vida conmigo, a mis amigos que, bueno, son ya como de la familia, a algún profesor que estuvo por allí apoyándonos y por su puesto gracias a la parroquia, al párroco y a todas las personas que hicieron de ese día el mejor de toda mi vida.

Lo que os pretendo mostrar es que a pesar de esta sociedad que tiende a apartarse de sus creencias hay gente todavía dispuesta a formar parte de la Iglesia. Quería deciros también que nunca es tarde, durante este año he visto a un señor de más de 40 años confirmándose. De verdad, si queréis dar un paso adelante en vuestra fe que no os importe lo que os puedan decir o lo que puedan pensar de vosotros, que no os de miedo decir sí a Dios. Dar un paso así no os va a convertir en raritos ni nada. Yo actualmente tengo una vida bastante normal, sigo saliendo con mis amigos a divertirme, voy al colegio como cualquier persona, si salgo llamo a mi madre para que no se preocupe… en fin soy normal pero a la vez hay algo que me hace sentir especial, por eso si queréis reafirmar vuestra fe id a vuestra parroquia más cercana y preguntad al párroco él os dará consejo. En estos últimos años la Iglesia ha sufrido varios escándalos, por eso la gente es reacia a formar parte de ella pero a esa gente yo la pregunto si tú, que sabes que eso está mal y no intentas cambiarlo, ¿quién lo hará? Necesitamos gente con ganas de cambios y de mejoras en la Iglesia por eso lo repito, nunca es tarde, NUNCA ES TARDE PARA SER FELIZ.

 

Angela del Moral
JuCar Misterios

jueves, 19 de septiembre de 2013

UNA ETAPA EN LA VIDA QUE RECORDAR



Como en todo final de una etapa, es entonces cuando te preguntas que ha significado para tu vida, que te ha aportado y que recuerdos guardaras de esa parte del camino que es tu vida. Los años en campamentos de Region Ibérica son sin duda una etapa en la vida que recordar, que aporta numerosos valores como persona y que puede incluso significar el principio de un nuevo camino que recorrer.
Aun recuerdo mi primer campamento en Pirineos como si fuera ayer, mi primera parada, en donde por primera vez fui consciente de la unión de todas y cada una de las personas de la familia de la cual formo parte desde entonces. Me refiero por supuesto a la familia JuCar (Juventud Carmelita). De Pirineos se puede destacar su aislamiento del mundo; si bien puede parecer a primera vista una desventaja, la posibilidad de desconectar del mundanal ruido nos permite llegar a uno de los valores carmelitas, la contemplación  que nos acerca a Dios de una forma considerable. Además, en este campamento, podemos apreciar el espectáculo de la naturaleza sin alteraciones humanas; recuerdo las vistas de unas de las marchas como las más bellas que he tenido la suerte de contemplar.



Tampoco podre olvidar nunca la segunda parada, el Camino de Santiago. Qué decir de esa experiencia, simplemente maravillosa. Es imposible describir la emoción creciente por ver cómo te acercas a la catedral de Santiago después de días de caminatas, esfuerzo y cansancio. Pero no solo es importante la llegada, a lo largo del camino tienes la oportunidad de conocer personas que marcaran tu vida, de reflexionar y meditar en ti mismo y por supuesto de orar. Allí  es donde vi la grandeza de otro valor carmelita: el servicio; eramos un grupo, una familia, y por ello teníamos que llegar todos. Si caías o simplemente estabas agotado, encontrabas una sonrisa y no una sino las manos de todos tus hermanos dispuestos a ayudarte. 



Como última parada, encontré Alarcón, un campamento más convencional pero igualmente constructivo ya que durante dos semanas se trabaja en aprender valores cristianos de la persona a través de juegos, gymcanas y reflexiones de grupo. Es en esta parada donde más he podido apreciar el último valor carmelita: la fraternidad, la cual ya había observado pero que en ese momento me llenó de pleno. Aunque me repita, volveré a decir lo increible que es la unión entre los hermanos de JuCar, el grado y la rapidez de aceptación que existe y como un completo desconocido puede, en unos días,  llegar a ser una de las personas mas importantes de tu vida. 


Doy por concluido mi paso como adolescente por Region Ibérica, y no podría hacerlo de otra forma que dando gracias a Dios, por tener la posibilidad de ir a estos campamentos, por la paz y la unión que se respiran entre los miembros de esta familia y por sacar lo mejor de nosotros. A los que venís detrás os animo a vivir como yo, esta experiencia. Y a todos los demás os doy gracias, porque siempre seremos JUCAR.

Daniel del Hoyo
Jucar Begoña

martes, 17 de septiembre de 2013

DIOS NOS UNIÓN



Tal día como el 30 de Julio de 2013 acabó una etapa de mi vida. Posiblemente la mejor etapa de todas. Mi paso como niña por los campamentos JuCar de Región Ibérica. Puede que mucha gente no lo entienda, pero eso de ir a un campamento con los nervios de no saber lo que te vas a poder encontrar y volver habiéndote encontrado una segunda familia allí es algo verdaderamente increíble. Esa sensación es la que algunas personas han podido vivir en Alarcón, un campamento increíble con gente más increíble aún.
Aunque yo esto ya lo tenía un poco más visto, ya que a mi generación le ha tocado despedirse este año tras tres años de campamentos. Realmente pienso que los mejores sentimientos son los que, por más que lo intentes, no podrías describir nunca con palabras. Y eso es lo que me pasa a mí cuando quiero hablar de la gente que he conocido en mi paso por JuCar, en especial de mis veteranos, los que me han marcado especialmente en este año y en este campamento, aunque algunos faltaran y se notara su ausencia bastante.





Como ya he dicho, han sido tres años los que hemos pasado juntos, tres pascuas, tres campamentos, y miles de momentos los cuales nunca voy a poder olvidar. Imposible de describir lo que puedo llegar a sentir cada vez que recuerdo algunos de ellos. Por eso sé que ha merecido la pena vivirlos y que no los habría cambiado nunca por nada. Durante los 12 días que estuvimos en Alarcón nos unimos de una manera bestial, o mejor dicho, Dios nos unió.
Y de verdad, desde mi primera experiencia JuCar allá por el verano de 2010 no hay día en el que no agradezca a Dios el hecho de que me haya unido con toda esa gente, porque cada campamento y cada Pascua ha hecho que mi vida cambie poco a poco, y no precisamente para mal. Da pena pensar que se ha acabado esta etapa, sí, pero ahora toca lo mejor, mostrarle al mundo todo lo que me ha enseñado JuCar, y empujarles a que ellos también vivan estas experiencias únicas.
Toca no olvidarme de todo lo vivido estos años y al recordarlo, recordar también toda la gente tan maravillosa que te puedes encontrar en cualquier parte del mundo. Toca luchar por que JuCar siga adelante como hasta ahora y porque mucha más gente pueda vivir lo que es pertenecer a esta gran familia. Y ya sólo me queda decir que después de escribir esto, una vez más, me doy cuenta de por qué pertenezco a JuCar, y es porque, estés donde estés, y sea el momento que sea, siempre vas a encontrarte a alguien que te recuerde momentos que te hagan sonreír si lo necesitas, o simplemente te harán ellos mismos sonreír, ya que, básicamente, eso es lo que hace una familia. Porque NO HAY DISTANCIA QUE NOS SEPARE MIENTRAS HAYA UN CIELO QUE NOS UNA.
GRACIAS JUCAR.



Paula Bueno
JuCar Begoña