¡Hola!
Os escribo para compartir un testimonio. Creo que este 25 aniversario estaría
incompleto sin el testimonio de una persona que ha sido muy importante en la
historia de JuCar Sevilla. Su nombre es Mari Carmen, yo la llamo cariñosamente
“Mari Carmen de Santa Teresa”, y seguiré llamándola así, porque su vida estará
siempre unida a nuestra parroquia carmelita de Santa Teresa. Sé que ella no
hablará de sí misma en estos momentos, y no puedo permitir, que las
generaciones recientes dejen de conocerla.
Conocí a Mari Carmen en Buen Suceso, en
aquel entonces el P. Paco Daza llevaba el grupo JuCar de Sevilla, corría el año
1998, (aunque yo comencé ese año el grupo llevaba varios años caminando juntos), muchos de vosotros estabais dando vuestros
primeros pasos por la vida, y esa es la grandeza de JuCar que es atemporal, une
a diferentes generaciones en un mismo objetivo: vivir en cristiano carmelita.
Recuerdo que Mari Carmen venía cada sábado desde Santa Teresa, para que os
hagáis una idea, había como mínimo 45 minutos en bus, el día que tenías suerte
con el 10. Solía venir acompañada de Gracia, Reyes Rubia, María Rodríguez.
Semanas después de conocerla en JuCar me incorporé a la parroquia para echar una
mano, ahora era yo la que me trasladaba de Buen Suceso a Santa Teresa una vez a
la semana. Cuando llegué a la parroquia ella era la coordinadora del grupo de
Juventud de la parroquia y catequista de la misma, recuerdo aquella primera
reunión, y sobre todo, algo me impactó; el cariño, la complicidad y la
corresponsabilidad con la que la trataba el P. Antonio Carmona y todas las
demás catequistas, era un referente para todas. Durante todo aquel curso ella
siempre estuvo allí para echarme una mano, con disponibilidad, así comencé a
conocer que llevaba en Santa Teresa muchísimos años, comenzó en un grupo JuCar
que había en la parroquia, con el paso del tiempo este grupo JuCar se unió al
que existía en Buen Suceso. Mari Carmen conocía a todos los frailes jóvenes de
la provincia, había compartido con casi todos porque todos habían pasado por
Santa Teresa. Al principio me “disgustaba” que Jorge Beltrán la llamase por un
mote, con el tiempo comprendí que había que tenerse mucho cariño reciproco para
tener ese grado de complicidad. Mari Carmen es una persona alegre, luchadora, trabajadora,
servicial pero sobre todo, estos años compartiendo con ella me hacen definirla
como discípula; cristiana.
Por el año 98 ella estaba en
poscomunión junto a nuestra querida María Rodríguez con un grupo de niñas que
había preparado para la comunión, siguió con esas niñas hasta el 2003, año en
el que se confirmaron, viví su lucha para que ese día llegase y realmente fue
una etapa muy desgastadora. Estas niñas, ya hoy mujeres, la adoran, a alguna de
ellas las conocéis de las Pascuas, Gloria, Aída,
Sonia, Cristina Vázquez, Cristina Delgado, Loli, Asún, Rosa... , las
acompañó en una etapa muy importante de sus vidas. A pesar del tiempo pasado
este grupo sigue en contacto, sin lugar a dudas, por el cariño que Mari Carmen
siempre ha derrochado, han pasado a ser amigas de por vida, pues el lazo que
hay entre ellas está en nuestro Señor Jesús.
Hablar de Mari Carmen es hablar de “sus
frailes”, al P. Antonio Carmona que ya nos ve desde el cielo, lo adoraba y él a
ella. Pasaran muchos años pero la huella del P. Antonio la acompañará siempre,
en sus momentos de dificultad siempre
aparece en su oración, para que, como hacía en la tierra, siga ayudándola. Su
P. Carrillo o Pepe, como todos lo conocían en Santa Teresa. Su trabajo (es
orientadora de secundaria) la ha llevado a la tierra del P. Carrillo, me decía hace
unos días: “cuando contemplo el cielo y el paisaje me acuerdo de él, cuando me
hablaba de su tierra...”. Su “Paco Daza” o David, nombrar solo sus nombre es
“sagrado” para ella, les admira muchísimo, y les recuerda con un entrañable
cariño. La recuerdo con el P. Antonio de Antequera, en las Pascuas de Osuna,
disputando a cuenta del football… No me corresponde decirlo a mí, pero la
recuerdo dando paseo, tendiendo una mano en los momentos de dificultad, a
alguno de los frailes durante su postulantado…
Yo creo que en esta parcela de Carmelo
a veces no somos capaces de transmitir a los que caminan a nuestro lado todo lo
importantes que han sido y que son. Sirvan estas líneas para ello… ¡Gracias
Mari Carmen por toda la alegría que has derrochado en nuestra parroquia! Por
haber transmitido ese sentimiento de pertenencia a la familia Carmelita y a
JuCar en momentos complicados. Ánimo que nos queda mucho camino que vivir y
compartir juntas, cómo mínimo otros 25 años…
Rosario T.O.C.