jueves, 31 de octubre de 2013

ALEGRÍA DERROCHADA



¡Hola! Os escribo para compartir un testimonio. Creo que este 25 aniversario estaría incompleto sin el testimonio de una persona que ha sido muy importante en la historia de JuCar Sevilla. Su nombre es Mari Carmen, yo la llamo cariñosamente “Mari Carmen de Santa Teresa”, y seguiré llamándola así, porque su vida estará siempre unida a nuestra parroquia carmelita de Santa Teresa. Sé que ella no hablará de sí misma en estos momentos, y no puedo permitir, que las generaciones recientes dejen de conocerla.

         Conocí a Mari Carmen en Buen Suceso, en aquel entonces el P. Paco Daza llevaba el grupo JuCar de Sevilla, corría el año 1998, (aunque yo comencé ese año el grupo llevaba varios años caminando juntos), muchos de vosotros estabais dando vuestros primeros pasos por la vida, y esa es la grandeza de JuCar que es atemporal, une a diferentes generaciones en un mismo objetivo: vivir en cristiano carmelita. Recuerdo que Mari Carmen venía cada sábado desde Santa Teresa, para que os hagáis una idea, había como mínimo 45 minutos en bus, el día que tenías suerte con el 10. Solía venir acompañada de Gracia, Reyes Rubia, María Rodríguez. Semanas después de conocerla en JuCar me incorporé a la parroquia para echar una mano, ahora era yo la que me trasladaba de Buen Suceso a Santa Teresa una vez a la semana. Cuando llegué a la parroquia ella era la coordinadora del grupo de Juventud de la parroquia y catequista de la misma, recuerdo aquella primera reunión, y sobre todo, algo me impactó; el cariño, la complicidad y la corresponsabilidad con la que la trataba el P. Antonio Carmona y todas las demás catequistas, era un referente para todas. Durante todo aquel curso ella siempre estuvo allí para echarme una mano, con disponibilidad, así comencé a conocer que llevaba en Santa Teresa muchísimos años, comenzó en un grupo JuCar que había en la parroquia, con el paso del tiempo este grupo JuCar se unió al que existía en Buen Suceso. Mari Carmen conocía a todos los frailes jóvenes de la provincia, había compartido con casi todos porque todos habían pasado por Santa Teresa. Al principio me “disgustaba” que Jorge Beltrán la llamase por un mote, con el tiempo comprendí que había que tenerse mucho cariño reciproco para tener ese grado de complicidad. Mari Carmen es una persona alegre, luchadora, trabajadora, servicial pero sobre todo, estos años compartiendo con ella me hacen definirla como discípula;  cristiana.

         Por el año 98 ella estaba en poscomunión junto a nuestra querida María Rodríguez con un grupo de niñas que había preparado para la comunión, siguió con esas niñas hasta el 2003, año en el que se confirmaron, viví su lucha para que ese día llegase y realmente fue una etapa muy desgastadora. Estas niñas, ya hoy mujeres, la adoran, a alguna de ellas las conocéis de las Pascuas, Gloria, Aída, Sonia, Cristina Vázquez, Cristina Delgado, Loli, Asún, Rosa... , las acompañó en una etapa muy importante de sus vidas. A pesar del tiempo pasado este grupo sigue en contacto, sin lugar a dudas, por el cariño que Mari Carmen siempre ha derrochado, han pasado a ser amigas de por vida, pues el lazo que hay entre ellas está en nuestro Señor Jesús.

         Hablar de Mari Carmen es hablar de “sus frailes”, al P. Antonio Carmona que ya nos ve desde el cielo, lo adoraba y él a ella. Pasaran muchos años pero la huella del P. Antonio la acompañará siempre, en sus momentos de dificultad  siempre aparece en su oración, para que, como hacía en la tierra, siga ayudándola. Su P. Carrillo o Pepe, como todos lo conocían en Santa Teresa. Su trabajo (es orientadora de secundaria) la ha llevado a la tierra del P. Carrillo, me decía hace unos días: “cuando contemplo el cielo y el paisaje me acuerdo de él, cuando me hablaba de su tierra...”. Su “Paco Daza” o David, nombrar solo sus nombre es “sagrado” para ella, les admira muchísimo, y les recuerda con un entrañable cariño. La recuerdo con el P. Antonio de Antequera, en las Pascuas de Osuna, disputando a cuenta del football… No me corresponde decirlo a mí, pero la recuerdo dando paseo, tendiendo una mano en los momentos de dificultad, a alguno de los frailes durante su postulantado…

         Yo creo que en esta parcela de Carmelo a veces no somos capaces de transmitir a los que caminan a nuestro lado todo lo importantes que han sido y que son. Sirvan estas líneas para ello… ¡Gracias Mari Carmen por toda la alegría que has derrochado en nuestra parroquia! Por haber transmitido ese sentimiento de pertenencia a la familia Carmelita y a JuCar en momentos complicados. Ánimo que nos queda mucho camino que vivir y compartir juntas, cómo mínimo otros 25 años…

                                                                     Rosario T.O.C.

1 comentario:

  1. Recordar lo vivido con Mari Carmen es recordar su risa, su alegría, su compromiso, su cariño a los carmelitas y a la gente de su parroquia de Santa Teresa. Hemos compartido Pascuas, encuentros, catequesis... hemos compartido vida. Ojalá que el Señor nos siga poniendo juntos en el camino para seguir construyendo su Reino. Nos vemos el 7 de diciembre en Osuna!!
    David del Carpio, O.Carm.

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