Mi historia en JuCar comenzó allá
por el año 99. Siempre he dicho que mi vocación como monitor surgió en una
convivencia, en uno de esos actos penitenciales que siempre celebramos los
sábados por la tarde-noche cuando vamos de convivencia. Con mis 16 años, yo
estaba pasando por una crisis de fe, pensando si merecía la pena tirar mi
papelito de los pecados a la hoguera y entonces alguien me susurró al oído… “¿No sientes la presencia de Dios? ” Y
allí nos encontramos por primera vez Él y yo. Aquel fue mi particular “Pentecostés”, porque a partir de aquel
momento empecé a comprender lo que era creer en Cristo y que el Señor me
necesitaba para trasmitir su Palabra. Poco después de este momento tuve la
oportunidad de hacerme monitor y empezar a llevar a mi primer grupo de
chavales. No obstante, aún me quedaba mucho por aprender.
Llegó mi primera Pascua. Si algo
he descubierto en JuCar ha sido a vivir y compartir la alegría del Resucitado y
que no hay fiesta más importante para el corazón humano ni alegría más inmensa
que la que se pueda vivir la noche de Pascua. Y así intento transmitirlo año
tras año (bien lo sabe el que me conoce) ya sea vestido de médico, de payaso,
de marioneta o simplemente de Dani, porque la Pascua es única año tras año y
siempre trae una alegría renovadora. “No
busquéis entre los muertos al que está vivo” nos gritaba un ángel desde el
patio de Osuna en mi primera pascua, frase que hoy me recuerda que tenemos que seguir
trabajando para dar Vida.
También he ido creciendo en
comunidad. Me considero muy afortunado de poder pertenecer a un grupo con quien
poder compartir mis inquietudes, mi formación, la oración y nuevos proyectos.
Desde mi confirmación con 35 personas, mi grupo siempre fue marcando el ritmo en
Misterios, convirtiéndose en punto de referencia. Muchos, a lo largo del camino,
fueron abandonando este ambiente porque cambian sus condiciones o sus
propósitos en la vida, pero el grupo ha tenido la suerte de irse nutriendo de
aquellos que necesitaban este espacio. Y caminando fuimos asumiendo un carisma
y una estructura propios de los carmelita (¡¡¡hemos tenido ya 5 priores!!!).
Hoy tenemos un nombre propio, Fraternidad Sarepta (lugar donde el profete Elías
se encuentra con la viuda), y sus últimas incorporaciones son mis chavales de
universidad, a los que he acompañado durante 7 años, lo cual me hace sentirme
muy orgulloso.
Desde pequeñito siempre he creído
en que el mundo tenía que ser un mundo mejor de lo que veía por la tele. Como
monitor podía trasmitir la fe y los valores cristianos a través de JuCar, pero
¿qué hacer con los Países del Sur? Yo sólo tenía un granito de arena, por lo
que necesitaba más granitos de arena. “Que
el mundo puede ser un diferente” no es solo cuestión de quererlo, para mí
también es cuestión de creerlo, como creo que cada granito de arena ya hace que
el mundo sea un poquito más diferente. Fiestas JuCar en el colegio, Nocheviejas
Solidarias, Mercadillos y Pinchos solidarios en la parroquia… todo era poco
para alcanzar lo mucho que se necesitaba en África, en especial los niños de
Burkina, con cuya realidad siempre me he sentido más solidario. Lo curioso, es
que estas actividades, a pesar de habernos hecho sacar la lengua fuera de
cansancio, siempre han sido motivo de encuentro y de manifestar que somos
JuCar.
Siempre me he sentido muy orgulloso
y contento con los monitores que han pasado por Misterios, mi casa, pero he de
reconocer que las experiencias vividas en colonias, campamentos, peregrinaciones,
campos de trabajo, etc. me ayudaron a descubrir una gran familia carmelita. Conocer
a esta gran familia que se existe por la Región Ibérica fue algo que me ayudó a
aprender muchísimo como monitor y a sacar al niño que llevo dentro. Puedo
afirmar que cualquier oportunidad para el reencuentro se convierte siempre en
motivo de alegría. Y así la familia va creciendo (ya llevamos varias bodas
JuCar y algún que otro bautizo… jeje), y los que un día parecían 30 locos
paseando por las calles de Caudete ahora llegan a ser casi 150 cuando se reúnen
para un Encuentro o un Camino de Santiago.
Un momento muy importante para mí
en JuCar fue la JMJ de Madrid 2011. Por primera vez, tuvimos la oportunidad de sentirnos
“Iglesia joven”, de demostrar al mundo que vivimos un estilo diferente al que
nos marca la sociedad y ponernos al servicio de los demás. Sinceramente, no
recuerdo ni un solo nombre de los 500 jóvenes carmelitas que vinieron de otros
países y que convocamos al EJC (Encuentro de Jóvenes Carmelitas), pero la
oportunidad de reunirnos todos en un único lugar para trabajar nuestro carisma
es algo que no tiene palabras.
No todo este camino ha sido
fácil. Muchas veces el sentirse sólo o el agotamiento con el que terminas el
curso te hacen tener ganas de tirar la toalla. Organizar la pascua a nivel
nacional o participar en las actividades de verano implicaba un esfuerzo muy
grande y un compromiso por parte de todos que había que trasmitir y explicar.
Otras veces te vienes abajo por discusiones y distintas maneras de ver las
cosas. Yo también he discutido y me he enfadado con muchos frailes por las
limitaciones que a veces nos imponían. Recuerdo, con cariño, las veladas que he
compartido con muchos monitores y después de cenar nos poníamos a hablar de lo
que había que mejorar en JuCar y terminábamos… ¿por qué no decirlo?...
reformando la Orden del Carmen de arriba abajo...jejej. Pero el Señor nunca me
ha dejado tirar la toalla porque siempre pone a alguien a mi lado que me
recargue las pilas y me dé un nuevo un empujón. Y esas experiencias difíciles
son como las crisis de la fe, que cuando se vencen, te convierten en un
carmelita mucho más fortalecido y querernos todos un poco más (¡¡¡Os quieroooo…!!!!).
¿Por qué celebrar los 25 años de
JuCar? Es muy sencillo. Porque en el año
de la fe no podemos dejar de decir lo que somos: ¡¡¡Juventud Carmelita!!! y que lo mejor que sabemos hacer es reunirnos con
nuestros chavales, iniciarles en la oración, llevarlos de convivencia, pascua y
campamento y guiarles hacia su Confirmación si el Señor nos acompaña y nos
bendice con Su Encuentro. Creo que en los tiempos que vivimos es más que
motivo de celebración.
Siento decir que a pesar de todo
lo que he escrito, este testimonio está incompleto porque faltan nombres,
muchos nombres: personas, cristianos, carmelitas… Pero son tantas las personas
que Dios ha puesto en mi vida por medio de JuCar, y que son las que completan
mi testimonio, que no tengo espacio ni memoria para mencionarlos a todos, pero
seguro que entre mis palabras podéis leeros. Un abrazote a todos!!!
Dani Egido
(Daniii pa los de JuCar)
JuCar Misterios
No hay comentarios:
Publicar un comentario