Me
habéis pedido que colabore en el Blog con motivo de los 25 años de JUCAR en la
Provincia Bética y os cuento mi experiencia. Bueno, voy a tratar de situarme y
comentaros algo que para mí es importante. Todo empezó desde que me consagré a Dios en
la Orden del Carmen y me ordenaron sacerdote. Desde entonces he tratado de
vivir mi vida con una actitud de amor y servicio a Jesucristo, a María, a la
Iglesia, a mi Orden y al Evangelio en el lugar concreto que me ha tocado vivir.
Esta es mi intención.
Antes de servir a Ju-car, dediqué mi
vida a formar grupos cristianos comprometidos con el evangelio (12 años en
Madrid, 3 años en Antequera). En ambos sitios, procuré formar dichos grupos intentando darle el mejor
ejemplo con mi vida de fe y de seguimiento a Jesucristo. Nos ayudaron mucho los
encuentros ecuménicos existentes en aquel tiempo (participación durante algunos
años en la Pascua de Taizé, encuentros de oración de jóvenes de Taize…
convivencias… ejercicios espirituales… reuniones de grupos etc.) Éramos muchos
los que estábamos en la formación, educación, catequesis de jóvenes…
Para conocer un poco los orígenes de
JU-CAR hay que tener presente cómo era y estaba la Pastoral Juvenil en la
Provincia Bética. Desde siempre todos los religiosos trabajaban con los jóvenes
en parroquias (catequesis de preparación para los sacramentos), colegios (en la
formación cristiana y religiosa), en nuestras iglesias conventuales (grupos de
Orden Tercera, hermandades…) y, sobre todo, se insistía mucho en la Pastoral
Vocacional religiosa-sacerdotal, fruto de la que surgían jóvenes para el
sacerdocio y la vida religiosa. De hecho, durante el mes de julio se hacían las
convivencias vocacionales en las que participaban jóvenes con inquietud
vocacional de nuestros grupos juveniles de las distintas casas de la Provincia.
Antes, pues, de ser nominados JU-CAR, con
los jóvenes de nuestras comunidades se realizaba un trabajo pastoral, pero cada
grupo y cada responsable tenía su ritmo personal y particular (siempre basado
en la pastoral de la Iglesia).
Partiendo de este trabajo, y viendo
que en muchas ocasiones se convertían en grupos particulares y sin continuidad
(caso de traslados de los religiosos a otras comunidades o colegios), nos
plateamos dar una estructura a estos grupos dentro de la Pastoral Juvenil, de
tal manera que, estuviera quien estuviera en este servicio, supiera qué habían
hecho y por dónde se podía continuar en la evangelización de nuestros jóvenes.
Así surgió, en primer lugar, el nombre
JU-CAR (JUVENTUD CARMELITA) y, en segundo lugar, una formación o catequesis
para dichos grupos, desde los 11 hasta los 18 años. Se pretendía avanzar con
ellos en la formación humana y cristiana, en el compromiso evangélico, en la
vivencia comunitaria de la fe, en la oración y eucaristías compartidas, siendo
ellos mismos testigos ante los demás, participando como catequistas o monitores
JU-CAR.
Con este motivo, un grupo de
religiosos de la Provincia Bética nos reunimos para realizar un proyecto de Pastoral
Juvenil basado en tres dimensiones importantes: la humana, la cristiana y la carmelita.
Un proyecto bien estructurado y que sirviera para nuestros jóvenes. Era un
camino de catequesis para todos aquellos jóvenes que se relacionaban con
nosotros y que serviría para que los responsables de los grupos, religiosos o
laicos, pudieran seguir el mismo camino de formación. De hecho este proyecto de
formación JU-CAR con sus objetivos, medios, metodología etc… fue presentado al
Capítulo Provincial de la Bética y fue aprobado para que se llevara a realidad
en todas las comunidades y colegios de la Provincia.
Era un proyecto muy ambicioso y lo que
se pretendía es que hubiera comunidades de jóvenes cristianos carmelitas
(laicos carmelitas) comprometidos en la evangelización siguiendo la
espiritualidad carmelita.
Fuimos muchos los que estuvimos
implicados y comprometidos en este proyecto de catequesis: religiosos carmelitas
y laicos que se sentían unidos a nuestro carisma.
Hubiera sido muy pobre para el movimiento
JU-CAR el haber permanecido en una sola Provincia Carmelita: la Bética… De ahí
que, en nuestra vivencia con las demás Provincias y Congregaciones carmelitas de
la Región Ibérica (Aragón-Valencia, Cataluña, Castilla, Portugal, Hermanas de
Málaga y de Orihuela) se planteó ofrecer y expandir el proyecto JU-CAR a sus
realidades. Creo que fue un acierto. Entre todos se ha conseguido una realidad
de Pastoral Juvenil Carmelita más comunitaria y entusiasta.
Mi experiencia personal en JU-CAR
durante muchos años, casi dieciocho,(Madrid-Antequera-Sevilla-Osuna-Madrid) ha
sido extraordinaria, tanto en el aspecto humano como cristiano y carmelita… Han
sido muchos años de servicio, de entrega, de amor por la evangelización de los
jóvenes y no tengo nada más que palabras de agradecimiento a todos los
religiosos y jóvenes que, junto a mí, vivieron esta misma experiencia… A los
que cambiaron sus ideales y buscaron otros caminos; a los que siguen
comprometidos en su vivencia cristiana y carmelita;…a todos, mi agradecimiento
personal y mis mejores deseos para que sigan en la brecha con el ánimo de ser
fieles a una causa comprometida…. ¡Todos somos necesarios!
Personalmente sigo comprometido con el
que es nuestro proyecto JU-CAR, aunque de diferente forma.
Gracias, por permitirme expresarme a
través de este medio.
José R.
Medina Madueño, O. Carm.