miércoles, 9 de octubre de 2013

Desde Burkina: el mundo necesita saber que es posible ser feliz.



Queridos amigos del “Movimiento JUCAR”, recibid un cordial saludo desde Burkina Faso, país en el que los carmelitas trabajamos en la construcción del Reino de Dios. En este vuestro 25 aniversario deseo unirme a cada uno de vosotros para animaros a seguir adelante y daros las gracias por apoyar uno de nuestros proyectos, me refiero a la Escuela nocturna,  una idea que nació en Julio de 2008 para ayudar a los jóvenes y adolescentes que trabajan durante el día y que jamás han ido a la escuela; intentamos, a través de cuatro años, incorporarlos al sistema educativo existente o al campo laboral. Gracias a las diferentes actividades que realizasteis en el pasado la escuela continua adelante, es vuestra escuela. Y también el Centro de Promoción Social “Carmelo Esperanza” en Bobo-Dioulasso, donde los jóvenes que no han podido estudiar, pueden labrarse su futuro mediante unos talleres de corte y confección, soldadura y carpintería. Son vuestros proyectos.

Conforme a la misión que hemos recibido de Jesucristo de luchar por el ser humano en su totalidad, los cristianos no podemos quedarnos insensibles ante tanto sufrimiento y deterioro de la humanidad misma. Si el progreso necesariamente implica elegidos y excluidos, podemos gritar que estamos en una sociedad injusta que ha reforzado las diferencias entre los seres humanos, aumentando en los cinco continentes un proceso de empobrecimiento que hace que en la actualidad los sistemas políticos, económicos, sociales y culturales que rigen el mundo estén en crisis.

La misma crisis económica que vive todo el planeta está afectando de manera considerable a los países más pobres, entre ellos Burkina Faso, porque todas las naciones han hecho recortes en sus ayudas al tercer mundo y miles de ciudadanos que colaboraban en obras sociales se han visto obligados a dejarlas por la situación de crisis que ellos mismos padecen. Esta realidad también nos afecta a nosotros, pero seguimos adelante con la confianza puesta en el Señor, que es quien jamás nos abandona y vuestra solidaridad que nos impulsa a continuar.

Pero la misión no es solo cuestión económica o el número de proyectos llevamos adelante, es mucho más, son las personas que te sonríen en la calle, la gente a la que sirves cada día, a la que amas y  por la que no te importa dar la vida. En este tiempo he aprendido que  lo más importante no es solo ayudar a solucionar sus problemas, sino saber estar a su lado, evitar herirlos o hacerles daño en su pobreza, aceptar que no soy mejor que ninguno y descubrir que Dios me habla a través de ellos.
              No es necesario estar en Burkina Faso para ser misionero, porque no es el lugar sino estar enamorado de Jesucristo y poder gritar con todas tus fuerzas su amor por nosotros. No es cuestión de discursos sino que los demás puedan percibir en ti la alegría que brota de un corazón enamorado de Dios. Que todos puedan sentir que eres feliz.

            Queridos amigos a través de estos 25 años muchos jóvenes han pasado por JUCAR, seguro que gente maravillosa, pero ahora te toca a ti coger el relevo y continuar como testigo de Jesucristo el camino que otros comenzaron. Donde estés, hagas lo que hagas no te dejes robar la alegría que viene del Señor y no olvides que en este momento que vivimos todos estamos llamados a ser misioneros, porque el mundo necesita saber que es posible ser feliz.

Alejandro Peñalta
O. Carm. P. Bética

1 comentario:

  1. Gracias hermano, paz y bien.
    Me ha encantado tu propuesta de ser misionero aquí. Estar al lado, estar cerca, no herir, descalzarse ante el corazón del otro, proponer el evangelio con la delicadeza de un tesoro, de una regalo, de un obsequio de Jesucristo, parafraseando nuestra Regla... gracias por envolver ese regalo, esos detalles, ese estar cerca de compromiso, de proyecto, de transformación social para construir un mundo más justo desde lo pequeño y con los últimos.
    Veinticinco años son mucho tiempo. Muchos jóvenes han conocido a Jesucristo en nuestros grupos, se han comprometido... ¡¡cuánta responsabilidad!!
    Dios te bendiga. Un abrazo fuerte.

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