Queridos amigos
del “Movimiento JUCAR”, recibid un cordial saludo desde Burkina Faso, país en
el que los carmelitas trabajamos en la construcción del Reino de Dios. En este
vuestro 25 aniversario deseo unirme a cada uno de vosotros para animaros a
seguir adelante y daros las gracias por apoyar uno de nuestros proyectos, me
refiero a la Escuela nocturna, una
idea que nació en Julio de 2008 para ayudar a los jóvenes y adolescentes que trabajan
durante el día y que jamás han ido a la escuela; intentamos, a través de cuatro
años, incorporarlos al sistema educativo existente o al campo laboral. Gracias
a las diferentes actividades que realizasteis en el pasado la escuela continua
adelante, es vuestra escuela. Y también el Centro de Promoción Social “Carmelo
Esperanza” en Bobo-Dioulasso, donde los jóvenes que no han podido estudiar, pueden
labrarse su futuro mediante unos talleres de corte y confección, soldadura y
carpintería. Son vuestros proyectos.
Conforme a la misión que hemos recibido de Jesucristo de
luchar por el ser humano en su totalidad, los cristianos no podemos quedarnos
insensibles ante tanto sufrimiento y deterioro de la humanidad misma. Si el
progreso necesariamente implica elegidos y excluidos, podemos gritar que
estamos en una sociedad injusta que ha reforzado las diferencias entre los
seres humanos, aumentando en los cinco continentes un proceso de
empobrecimiento que hace que en la actualidad los sistemas políticos, económicos,
sociales y culturales que rigen el mundo estén en crisis.
La misma crisis económica que vive todo el planeta está
afectando de manera considerable a los países más pobres, entre ellos Burkina
Faso, porque todas las naciones han hecho recortes en sus ayudas al tercer
mundo y miles de ciudadanos que colaboraban en obras sociales se han visto
obligados a dejarlas por la situación de crisis que ellos mismos padecen. Esta
realidad también nos afecta a nosotros, pero seguimos adelante con la confianza
puesta en el Señor, que es quien jamás nos abandona y vuestra solidaridad que
nos impulsa a continuar.
Pero la misión no
es solo cuestión económica o el número de proyectos llevamos adelante, es mucho
más, son las personas que te sonríen en la calle, la gente a la que sirves cada
día, a la que amas y por la que no te
importa dar la vida. En este tiempo he aprendido que lo más importante no es solo ayudar a
solucionar sus problemas, sino saber estar a su lado, evitar herirlos o
hacerles daño en su pobreza, aceptar que no soy mejor que ninguno y descubrir
que Dios me habla a través de ellos.
No es necesario estar en Burkina Faso para ser misionero, porque no es
el lugar sino estar enamorado de Jesucristo y poder
gritar con todas tus fuerzas su amor por nosotros. No es cuestión de discursos
sino que los demás puedan percibir en ti la alegría que brota de un corazón
enamorado de Dios. Que todos puedan sentir que eres feliz.
Queridos amigos a través de estos 25
años muchos jóvenes han pasado por JUCAR, seguro que gente maravillosa, pero
ahora te toca a ti coger el relevo y continuar como testigo de Jesucristo el
camino que otros comenzaron. Donde estés, hagas lo que hagas no te dejes robar
la alegría que viene del Señor y no olvides que en este momento que vivimos
todos estamos llamados a ser misioneros, porque el mundo necesita saber que es
posible ser feliz.
Alejandro Peñalta
O. Carm. P. Bética
Gracias hermano, paz y bien.
ResponderEliminarMe ha encantado tu propuesta de ser misionero aquí. Estar al lado, estar cerca, no herir, descalzarse ante el corazón del otro, proponer el evangelio con la delicadeza de un tesoro, de una regalo, de un obsequio de Jesucristo, parafraseando nuestra Regla... gracias por envolver ese regalo, esos detalles, ese estar cerca de compromiso, de proyecto, de transformación social para construir un mundo más justo desde lo pequeño y con los últimos.
Veinticinco años son mucho tiempo. Muchos jóvenes han conocido a Jesucristo en nuestros grupos, se han comprometido... ¡¡cuánta responsabilidad!!
Dios te bendiga. Un abrazo fuerte.