martes, 15 de octubre de 2013

Bienaventurados los que…


Dios nos crea por amor. Nos crea entregándonos lo mejor que él tiene. Siendo nosotros reflejo de su imagen. Y como imagen de él poseemos el don de la libertad. Nos hace libres para decidir y escoger. No nos obliga a seguirle pero al mostrarnos su camino, el que elige su camino es el que verdaderamente es feliz y no se encuentra esclavo de nada ni de nadie. Beato Tito Brandsma lo expresaba cuando al estar encarcelado, en lugar de sentirse privado de su libertad, se mostraba aun más libre al decir: “Me encuentro en esta celda como en mi propia casa… Siento ganas de gritar de gozo porque el Señor ha querido que yo le descubra en toda su plenitud… Él es mi único refugio. Me siento feliz”


Del Evangelio de San Mateo:

Al ver a la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se acercaron a él.

Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo:

"Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.

Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra.

Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados.

Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios

Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.

Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos.

Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa.

Palabra de Dios

Reflexión:

¿Qué significa para mí vivir este espíritu de las Bienaventuranzas?

¿Qué creo que me quiere decir Jesús cuando me propone seguir estos valores?

¿Soy capaz de apoyarme en Dios en todo momento para sentir que en mi debilidad él me hace fuerte?

 

Oración:

(Me uno al Beato Tito Brandsma en su oración y leo pausadamente sus palabras para intentar darles vida en mi interior)

CUANDO TE MIRO…

Cuando te miro, buen Jesús, advierto en ti el amor del más querido amigo, y siento que, al amarte yo, consigo el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce sufrimiento y exige gran coraje; mas a tu gloria, en este duro viaje, sólo el camino del dolor conduce.

 

Feliz en el dolor mi alma se siente: la Cruz es mi alegría, no mi pena; es gracia tuya que mi vida llena y me une a ti,  Señor, estrechamente.

 

 Si quieres añadir nuevos dolores a este viejo dolor que me tortura,   fina muestra serán de tu ternura, porque a ti me asemejen redentores.

 

Déjame, mi Señor, en este frío

y en esta soledad, que no me aterra: a nadie necesito ya en la tierra  en tanto que Tú estés al lado mío.

 

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia, jamás el corazón llore tu ausencia: ¡que todo lo hace fácil tu presencia  y todo lo embelleces con tu gracia!

Beato  Tito Brandsma

 

ORACIÓN DE ACCIÓN DE GRACIAS

25 AÑOS JUCAR EN LA PROV. BÉTICA

 

¡Oh, Señor, todo lo que tú haces está bien!

Te damos las gracias por el camino que hemos recorrido juntos, durante estos 25 años vividos.

Saliste a nuestro encuentro y tu presencia nos impulsó a caminar en esperanza.

Has sido para nosotros, a la vez, el camino y el compañero de camino: ¡cuántos rostros, sueños, sonrisas, miradas, gestos, momentos de oración  y compromisos te han hecho presente en nuestra vida y nos han hablado de Ti!

Tú has sido el principio y el fin de cada jornada, de cada encuentro, de cada curso y celebración.

Tú, la razón de nuestra vida y el motor de nuestra historia, continúas abriéndonos horizontes nuevos de entusiasmo y generosidad.

Gracias por habernos llamado al Carmelo y habernos hecho parte de esta gran familia.

Queremos vivir nuestra fe en comunión con la Iglesia y al servicio del Reino de Dios.

Tu Madre, la Virgen del Carmen, nos ha acompañado en todo momento y ha velado por cada uno de nosotros. Como ella, deseamos hacer siempre tu voluntad y, así, comunicarte al mundo para que, los que no te conocen, te conozcan, los que se hayan alejado de ti se acerquen con alegría y los que viven sin esperanza encuentren en tu Evangelio la razón y el fundamento de sus vidas.

¡Gracias, Señor,…!

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