lunes, 20 de enero de 2014

Saludo de la Madre Priora al encuentro de 25 años de Júcar



Querido  Padres Carmelitas y jóvenes de Júcar.


            A los pies de María nos encontramos aquí reunidos para dar acogida a este encuentro, y para celebrar los 25 años de Júcar.
            Yo os saludo de todo corazón y os damos gracias por este camino  recorrido. Nos sentimos hermanos, y la gratitud en esta mañana es muy manifiesta a todos.
El tiempo y la historia deben ser celebrados…
Nosotras no estamos acostumbradas a hablar mucho en público, pero algo hay que decir.
En este gozo compartido, en esta mañana, me siento identificada e invitada al amor.
A un amor recibido.
A un amor creído.
A un amor sentido como raíz, como grano de trigo, aquel que se entierra en el surco, pero quiere dar fruto abundante. ¡Este es el Carmelo!
Y me sabe bien recordar, unos verso que yo hacia de joven; entré con 16 años, ya llevo 70 recorridos, pero no importa, estos me hacen vivir y sentirme joven.
Y dicen así:
                     Aquí estoy Señor,
                     en esta mañana cargada de misterio.
                    queriendo entrar en la paz  y en silencio,
                     pues nada tengo para darte mejor.
                    Todo el tiempo gastado en oración
                    porque en la vida orante yo me encuentro
                    como ladrillo escondido en sus cimientos
                   acogiendo todo el peso del amor.

 Yo os digo queridos jóvenes y queridos todos, que tenemos necesidad de Dios, de querer ver con sus ojos, de interiorizar la vida y aumentar nuestra capacidad fraterna a través DE TODOS los hermanos.
La dinámica de Jesús, es crear nuestra propia identidad, dejándola  crecer.
Haciendo silencio como María., creyendo que con su fe y su disponibilidad todo es posible.
En esta mañana debemos  despertar y hacernos Icono de esperanza.
En todo el Carmelo, en toda la Iglesia, porque el mundo nos reclama.
El mundo está en llamas nos decía Edith Estein, pero tenemos que renovarnos, y volver a la sencillez del Evangelio. Es tan sencillo vivir como María…tener los sentimientos de Jesús…Pero sabemos también que es difícil, y en el día a día sentimos nuestra debilidad y lo poco que respondemos.
El Papa Francisco nos invita a la sencillez, a la pobreza, a cambiar nuestro ritmo de vida. A veces queremos hacer un mundo grande, pero Dios nos lleva por otros caminos.
La técnica, todo velocidad, todo en apariencia consumada, pero la vida real nos para, a veces (perdonen la expresión) nos hace ir en burro, experimentando y recorriendo Belén y Nazaret…. Enfermedades, falta de vocaciones etc.  Pero estos son los caminos de esperaza, una esperanza abierta al futuro como dice nuestro Padre General.
Termino, encomendando a todos y cada uno; todos nuestros sentimientos deben ser compartidos, porque compartiendo y viviendo, el Reino se hace fuerte.

                                    ¡¡¡FELICIDADES Y GRACIAS!!!

                                       Sor Mª del Amor Gómez
                                       Carmelo de Osuna (Sevilla)      7 de diciembre 2013


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